jueves, diciembre 21, 2006

Dioses

Yo soy el cáncer y la cura, yo soy lo que fue y lo que será. Soy utopía y distopía, soy bien y mal. Soy todo. Pero, a la vez, no soy nada.

Lo que habita en mí es más fuerte de lo que nunca creí que pudiera existir; siento el odio y la fuerza que fluyen por las vías de mi cuerpo. La sangre no tiene sitio, y mana por mis oídos y mi nariz, por mis ojos, por mi boca, en espasmos regulares, siguiendo ritmos de Metallica.

¿Y tú te crees mi igual? ¿Tú, con tu pobre mente, supeditada a este plano de simple existencia? ¿Tú, que no ves las altas miras de mi plan? ¡Mi mente ya abarca los espacios intermedios entre dimensiones y hace que salten por los aires, creando realidades aisladas!

¡Armageddon, Ragnarok! Distintos nombres para un mismo acontecimiento. Al final en todas las religiones hay cosas que se mantienen invariables. Que el fin del mundo llegará con la gran guerra de los Dioses es una de ellas. Y esa guerra se librará dentro de mi cabeza, y el campo de batalla estará sembrado de drogas antimetabólicas.

Zeus con un chute de coca, Mercurio llevando las agujas a Odín y los titanes, que están en una orgía sexual. Thor pasándose a las drogas de diseño y Marte, casi dormido, fumándose algo de marihuana bien cargada.

¡Sefirot provocado por el éxtasis alcohólico! Mahoma ya está ido y tiene visiones proféticas, y Siddharta en el baño vomitando junto a Jesús y su coro celestial, que tienen el estómago hecho polvo por los tranquilizantes.

¡Todavía no ha llegado lo mejor! ¡Chutes de parafina y formol! ¡Millones de muertos en la capilla sixtina! ¡Jerusalén arderá con sus mentiras! Los caballeros, ¿que serán, podridos en sus propias armaduras oxidadas? ¡Los fanáticos no tendrán un señor al que servir y se suicidarán en masa!

¡Ahora sí tengo poder para hacerlo!

¡Resistir es perder la última esperanza de redención! Ahora, yo soy Dios. Cree o no creas, igualmente estás perdido. Igualmente todo está perdido.

-Vaya, hoy sí te ha dado fuerte. ¿No habrás estado mezclando otra vez, verdad, David?

-Cállate, jodido hereje, y ayuda a tu Dios a levantarse, que este charco de vómito no es un buen sitio de peregrinación para mis fieles. Llévame al cuarto de baño. -David se tambaleó intentando ponerse en pie. -Y deja de mirarme así o te declaro ya mismo la guerra santa, gilipollas.

Marcos ya estaba acostumbrado a esto. David tenía la extraña costumbre de entrar en el hiperrealismo religioso cuando se emborrachaba, y esta vez no estaba seguro de que solo fuera alcohol. Como las últimas veinte o veinticinco veces.

Le ayudo a levantarse y lo llevo hacia el cuarto de baño, siguiendo sus bandazos por simple inercia, pero manteniendo el equilibrio.

-¿Sabes? He estado pensando -dijo David -¿Por qué cojones seguimos peleando día tras día, dejando que las cosas se vayan complicando con el paso del tiempo, si al final lo que cuenta es ser gilipollas? -Cuando David estaba borracho sus pensamientos eran acertados. Su forma de explicarlos no. Y sus insultos acababan siendo repetitivos. Esa noche había pillado la palabra gilipollas. Marcos se preguntó cuantas veces mas la oiría esa noche. La última vez el insulto había sido "capullo"; la pronunció, en distintas frases, sesenta y cuatro veces. -A lo que me refiero es, bueno, a que si la ignorancia es la felicidad, ¿para qué todo esto? Quiero decir, ¿Para qué llevar a un gilipollas -y van tres -al espacio, si pelándosela en tierra sería mucho más feliz? ¡Todos deberíamos morir jóvenes e ignorantes! ¡Y borrachos!

Llegaron al cuarto de baño. David volvió a vomitar, pero, esta vez, al menos no fue sobre si mismo.

Marcos tenía que reconocer que parte de razón había en sus palabras, si eras capaz de separar las ideas que mezclaba en sus frases como probablemente se había pasado toda la noche mezclando con alcohol cosas que, si leías el prospecto, resultaba que no podían mezclarse con alcohol.

viernes, diciembre 15, 2006

Justicia Poética

Durante la puesta de sol, en la cresta de la colina, se recortan las siluetas de dos hombres, espada en mano, luchando. No es una lucha épica, ya desde el principio se sabe quién va a ser el vencedor; mejor luchador, más ágil, más fuerte, más listo. Su ejército observa desde el pie de la colina como su soberbio general concede una lucha a muerte a quien solo merece una ejecución. Aunque esta lucha, al fin y al cabo, también es una ejecución. No es una lucha justa, pero es una oportunidad de morir con honor, como si ese asesino fuera un caballero.

El general se mueve con soltura, pasos seguros, tranquilos, a pesar de la armadura. No se está arriesgando, no debe hacerlo. Suficiente está dando de si mismo concediéndole una muerte en combate y por su mano. El asesino está agotado, resolla sonoramente y se mueve con pesadez. Apenas puede cargar con su espada.

Un movimiento rápido y las espadas vuelven a estar trabadas, la una con la otra. Un golpe seco, un chasquido de huesos, la espada del asesino resonando seca en el suelo al caer, su muñeca rota.

-Muere con honor –dice el general. –Tal vez así el cielo perdone tus crímenes.

Sorpresa en el rostro del asesino. Él jamás habría concedido esta lucha a su enemigo, cuánto menos su bendición. Y se ríe.

-¡Estúpido! –grita con rabia y odio en su voz, ahogando su gorgojeante risa. –Te crees grande y no eras más que un asesino como yo. Peor, en realidad. Yo mataba por algo.

-¿Tú matabas por algo, dices? Mataste a tu padre por conseguir su herencia, a tu más fiel amigo por envidia de su atractivo, reuniste un grupo de bandidos por maldita codicia para matar a todo el que se opusiera, y, cuando estabas perdido ante mí y te envié mensajeros con bandera blanca, que te ofrecían el destierro en lugar de la muerte, los mataste por ira y por maldad. ¿Y te dices mejor que yo, que mato solo por obligación y cuando no me queda ya otra opción? ¿Yo, que te di la oportunidad de un juicio justo? ¿Qué te concedo morir con un honor que en vida no has demostrado?

-Sí, maté por maldad, y ante todo por codicia y placer, pero ese es un motivo. ¿Por qué matas tú? ¿Por justicia, por un falso sueño que no existe, por una estúpida y difusa idea? Y me concedes morir con honor, dices, pero me humillas, me haces luchar en una farsa inútil. ¡Me río de ti y escupo en tu precioso honor! ¡Mejor estaba ejecutado!

El general, pensativo, se queda extático y, lentamente, baja su espada.

-Puede que sea una idea difusa –dice, en voz baja, seria -, pero es una idea mucho más bella que la que a ti te movió. Prefieres ser ejecutado. Sea. ¡Teniente! ¡Traiga a tres soldados y que lo cuelguen del árbol más cercano, como es su deseo!

-Espera, no, mátame en combate, no me mates como a un perro, por favor, por fav…

-Es lo que has pedido y es lo que te concedo. Tendrás, por decisión tuya, lo que un asesino merece, y no lo que yo entrego a todo hombre.

Años después un soldado recordaría cómo el y otros dos fueron con su teniente y cogieron al hombre, le arrastraron hasta un árbol cercano y le colgaron. Recordaría como su general fue con ellos, prohibiendo hacerle más daño del necesario y asegurándose de que se cumplía su orden. Recordaría el orgullo que todos sentían por su general, duro, fuerte, justo, piadoso. Recordaría como el asesino se resistía, lloraba y reía, insultaba, pataleaba y gritaba, maldecía, y el general lo miraba todo, inconmovible.

Y recordaría como solo él, cerca del general y esperando mientras los otros dos preparaban la soga y el prisionero, y el teniente sujetaba el caballo sobre el que este había sido subido para alzarlo del suelo y que la horca le partiera el cuello, solo él vio la lágrima en el ojo derecho del general y solo él le escuchó decir “adiós, hermano”. Y recordaría como esto le hizo sentirse aun más orgulloso.

Jamás se lo contó a nadie.

martes, diciembre 05, 2006

Tal Vez Nada Importante

Había estado lloviendo, pero en ese momento no llovía. Yo iba hacia mi casa desde el autobús, que me deja a unos dos o tres minutos andando, y estaba acabando de bajar las escaleras que llevan a mi calle cuando, frente a mí, entre dos coches aparcados, la vi aparecer.

Los coches estaban separados cosa de un metro, más o menos, y, en ese espacio, apareció lo que en ese momento pensé que era un gato, aunque rápidamente me di cuenta que era una gata, blanca y marrón, saliendo, despacio, con un andar seguro, tranquilo, señorial, de bajo el coche de la derecha. Me quedé parado de inmediato, me pareció tan bonita, tan soberbia su manera de andar, de mirar, tan majestuosa, que quería disfrutar de ese momento. Se paró justo entre ambos coches y miró alrededor, con la cabeza alta, sin miedo. Me vio y me miró un par de segundos fijamente, y yo pensé: “me está diciendo, ordenando, que no me mueva, me está dejando claro lo superior a mí que es”.

Y entonces, sin prisa, se giró y miró atrás, inclinó ligeramente la cabeza y una pequeña bolita de pelo, un gatito precioso, salió, tropezando, de bajo el coche que su madre había dejado atrás. Corría como loco, a trompicones, avanzando hacia el siguiente coche, y, mientras, su madre le miraba, y casi sentí su orgullo por su hijo en como le seguía con la mirada, en como, cuando estuvo a su altura, le empujó con la cabeza, suavemente, con ternura, hacia delante. Después, se giró para mirarme de nuevo, quieta, altiva, expectante.

El gatito llegó al otro coche, con esa tierna dificultad del que está aprendiendo, pero era su madre la que me cautivaba. Seguía mirándome, fijamente, y aun me miró unos segundos más después de que su hijo llegara a su destino. Pero era como si su mirada hubiera cambiado, seguía siendo altiva, majestuosa, pero ahora parecía decir: “me comprendes”.

Se giró y se metió bajo el coche tras su hijo, con gracia felina, con movimientos dignos de una reina. Y me di cuenta que había visto algo especial.

Me fui a casa, pero esa escena ha venido conmigo desde entonces. Hace año y medio ya, y sé, como supe entonces, que es un recuerdo que me acompañará toda la vida, una de esas manchitas de tinta que deja el tiempo en el libro que somos nosotros, que es nuestra vida. Manchitas que son corazones de tinta, rotos o enteros, que son manchas informes de recuerdos amargos de tinta china, que no dejan leer lo que hay debajo, o símbolos al pie de una página o al comienzo de un capítulo que señalan, para nosotros, un comienzo nuevo. Pero este recuerdo no será de esos. Este recuerdo será, para siempre, una pequeña pata de gato, en tinta, al pie de estas palabras.

lunes, noviembre 13, 2006

Un Mundo Sin Sol

La noche despierta mis sentidos, la oscuridad y el frío de las luces de la ciudad sustituyen el calor y el sentimiento del sol. Las farolas y los anuncios, brillantes y llamativos, son más cariñosos, más tiernos, más rápidos. Es curioso, y hasta paradójico, que una raza que vive tanto disfrute viviendo tan rápido. El moderno vampirismo ha desahuciado las galantes, caballerosas y tranquilas costumbres de toda una historia. Aunque mantiene una forma cruel, brutal y sucia.

Llevo ya algunos años viviendo esta noche perpetua, y aun me sorprendo de lo que se me ofrece. Aun me sorprende no haberme dado cuenta de la oferta cuando todavía era humano. Sueños y placeres que ni el ácido produce y mucho menos mezcla me son dados a vivir noche tras noche. Todo está en la sangre, de mujeres, de hombres, de animales, de otros vampiros, de toda una ciudad o del mismísimo universo, todo lo que importa es la sangre, en mí, sobre mí, por mí.

El mundo gira a mi alrededor, y el frío de la noche calienta mi alma sin alma, y preveo una noche de ensueño. Como todas. Sonrío.

Me levanto de mi cama, en lugar seguro, en el sótano de alguna mansión que no conoces, pero, sin embargo, conoces. Yo no soy como esos vampiros de la Warner, ni como los que lees en los cómics. Soy lo que serías tú si fueras sobrehumano, si fueras mejor y más fuerte, y no estuvieras limitado por tu falta de percepción de la sangre. Y si tuvieras algunos años más de experiencia, claro. Perro viejo.

Mis vecinos creen que en esta mansión no vive nadie, que es una de tantas de algún multimillonario especulador. Tampoco se equivocan demasiado, ¿no? Aunque supongo que no les gustaría saber que la casa está ocupada, que, a las noches, de ella sale el demonio, que la llamada de violencia hace de esta casa uno de los castillos en el borde del mundo cada puesta de sol. Sería de mal gusto por mi parte sacarles de su estúpido sueño de santidad.

Cojo el Cobra esta noche, viento en la cara y fuego bajo el capó. No me gusta llamar la atención, pero esta noche quiero correr. Y yo hago siempre lo que quiero. Salgo a la calle aun sonriendo, y acelero. ¡Esconded a vuestras ficticiamente virginales hijas, vecinos, que el demonio corre esta noche frente a vuestras casas! Esta noche la muerte cabalga hacia el Apocalipsis, buscando la garganta de toda la civilización, siendo rémora, pero mejorando, y forzando la mejora. Esta noche temedme, y rechazad así, por temor, la mejor oferta que un mundo sin sol puede ofrecer.

jueves, noviembre 09, 2006

Oda al Aburrimiento

Sauce gris sobre fondo verde
que das la inmortalidad tan largo tiempo indeseada,
tus dádivas guárdate, tus secos frutos de palabras
que son muerte eterna realmente;
y, sobre todo ello, estelas de plata.
Entonces, ahí dormida se está mi alma
y sueño con volver a estar entre gente;
mientras, solo, oigo ruido sordo y sin dirección clara,
murmullo de calmo río de aguas mansas,
que llega a mis oídos, más no a mi mente.
Veo sombras azules, de un cuervo blanco,
y pesa en mí risa triste y pena alegre.
Oscura nube cubre mi pequeño sol apagado,
y aunque un fuerte viento ruga, no soy más que polvo inerte,
ciego que espera que pase algo.

jueves, septiembre 14, 2006

Clásicos de Hoy y Siempre: Los Tres Cerditos

Érase que se era que había tres hermanos cerditos que decidieron independizarse de sus padres e irse de casa. Se reunieron para hablar entre ellos mientras tomaban una cerveza.

El hermano mayor, que era muy trabajador, expuso lo que haría: entraría a trabajar en una fábrica para tener dinero y poder casarse con su novia de toda la vida, y construirse una casa de ladrillos, pues había escuchado historias sobre un lobo y deseaba proteger a su familia.

El hermano mediano, que era un intelectual, estaba haciendo una carrera, y debido a sus bajos ingresos como camarero a tiempo parcial y a su falta de tiempo, había decidido hacerse una simple casa de madera.

El hermano pequeño decidió que para él le valía una simple casa de paja, pues no sabía que quería de la vida.

Y, tal y como es previsible, una vez construidas las casas llegó el lobo a la del hermano pequeño. Como el lobo era un poco simple y cortito, y hombre de pocas palabras además, dijo “sal o soplaré y soplaré y la casa derribaré”. El cerdo pequeño empezó a hablar, inteligente y locuaz como era, diciendo “pero vamos a ver, lobo, ¿no ves las oportunidades subyacentes a una asociación mercantil entre tú y yo? Verás, mis hermanos y mis padres son muy confiados y me han dado juegos de llaves de sus casas, que yo podría proporcionarte a ti. De manera que, a cambio de no comerme a mí, podrías ponerte hasta las cartolas de jamar. Además, así yo podría cobrar la herencia y el seguro, y sería un cerdo rico, lo cual me permitiría pagarte una considerable cantidad de dinero que te serviría para dejar esa vida de corrupción que llevas y vivir como un rey sin necesidad de trabajar”.

El lobo, del cual ya he indicado que muy listo no era, aceptó dicha proposición, de manera que, en muy poco tiempo, toda la familia del cerdo estaba muerta y él era un hombre rico. Se mudó a la casa de ladrillos de su hermano mayor y arrendó las casas de madera y paja, y en casa de sus padres construyó un casino.

Un año después, la policía intentó procesarle por una supuesta red de prostitución y narcotráfico, pero, tras morir dos testigos del fiscal, no se encontraron pruebas concluyentes y fue dejado en libertad.

El lobo fue asesinado a los dos meses de los hechos, tras denunciar que unos matones contratados por el cerdo pequeño le habían amenazado para que abandonara la ciudad. Su cuerpo fue hallado descuartizado en un maizal de las afueras, y jamás se encontró al culpable.

Hoy en día el cerdo pequeño tiene una de las mayores fortunas del país y ha empezado una exitosa carrera política presentándose a alcalde en las elecciones que se celebran este domingo. Con su slogan “Cerdo Pequeño, por el hoy y el mañana” tiene, según las encuestas, veintiún puntos de ventaja sobre su competidor más cercano.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Bueno, chicos, hasta aquí el cuento de hoy, pero, como todo cuento que se precie, tiene moraleja: Por muy buena gente que tenga alrededor, un cerdo siempre es un cerdo, y a la mínima oportunidad que tenga te va a traicionar. Y encima le va a salir bien, porque la gente es estúpida, malvada, o ambas cosas.

Otro Meme

Uno de los pocos motivos por los que yo cuento aquí cosas sobre mí son los memes que a veces me mandan mis amigos. Prefiero escribir relatos, o historias, o incluso poesía.

Precisamente por ese motivo, me gusta que los memes que hago digan la mayor cantidad de mí. Y, por eso, este meme que manda la pequeña FireFox, aunque debería ser contestado con "títulos de manga", lo contestaré con "títulos de libros", pues no sé mucho de manga (y nunca he pretendido otra cosa).

Libro favorito: Hamlet (de Shakespeare)

1. ¿Eres hombre o mujer? El Príncipe (de Maquiavelo)

2. Descríbete: El Lobo Estepario (de Hesse)

3. ¿Qué sienten las personas cerca de ti? El Hombre en el Castillo (de Dick)

4. ¿Cómo te sientes? En las Montañas de la Locura (de Lovecraft)

5. ¿Como describirías tu anterior relación sentimental? La Princesa Prometida (de Goldman)

6. Describe tu actual relación con tu novi@ o pretendiente: Esperando a Godot (de Beckett)

7. Donde quisieras estar ahora: Dune (de Herbert)

8. ¿Cómo eres respecto al amor? Memorias de un Amante Sarnoso (de Groucho)

9. ¿Cómo es tu vida? Estado Crepuscular (de Negrete)

10. ¿Qué pedirías si tuvieras sólo un deseo? Un Mundo Feliz (de Huxley), o Utopía (de Moro)

11. Escribe una cita o una frase famosa: Yo Acuso (de Zola)

12. Ahora despídete: Adiós, y Gracias por el Pescado (de Adams)

miércoles, septiembre 13, 2006

Amor de Piedra

Todos los días vengo aquí, a observarlo, desde lejos, desde abajo. Su figura es tan imponente, tan poderosa y amante, que podría renunciar a lo que yo considero bueno, y me podría obligar a cometer las peores bajezas. Mi amor por él me ha trastocado el alma.

Porque amo a un ángel de piedra.

Todos los días vengo a la catedral con el único impulso de ver esos ojos, pozos de misericordia que tan bien capturó en esencia el escultor, esos bien formados brazos que intentan alcanzar a Dios, esa cascada de pelo marmóreo sobre sus hombros, ese vuelo de la túnica que con tanta maestría semeja la más fina de las gasas.

Todos los días lo miro desde el transepto, nunca me acerco más. No me atrevería. Es tan perfecto en mi mente que si descubriera alguna imperfección en su piedra me rompería el corazón, si hubiera alguna grieta en sus mejillas, algún fallo en el tallaje…

Todos los días desde hace meses, voy a misa y estoy allí durante horas, todo el tiempo que puedo. Primero intento no mirarle, sé que no está bien, pero también sé que el único motivo por el que estoy aquí es él. Siempre levanto la cabeza, y siempre me sorprendo, a pesar de todo, de él.

Todos los días, y ninguno había sido como hoy. Porque hoy me ha mirado, ha bajado la cabeza y me ha mirado, y, con un susurro de suave tela y un simple aleteo, ha sonreído y ha alzado el vuelo.

Y yo, desde abajo, solo he podido llorar con una sonrisa dulce y amarga, y decir “adiós, mi ángel”.

jueves, septiembre 07, 2006

Ángel

Quiero ser un ángel porque son bellos, flechas de brillante hermosura, alas blancas y piel tersa, y sonrisas de reconocimiento. Murallas externas.

Quiero ser un ángel porque son bondadosos, simples almas de benignidad, sin dudas ni razones, formidables símbolos del corazón. Edificio central.

Quiero ser un ángel porque son poderosos, fuego puro y amante, fortaleza brutal y despiadada, pero camino de plumas y lecho de esparto. Guarnición de vigilancia.

Y quiero ser un ángel, sobre todo, porque no tienen sentimientos, su destino no es ya suyo, no tienen miedo, ni sienten dolor de clavel o rosa. Cámara del tesoro.

viernes, julio 21, 2006

Un Vistazo a los Recuerdos

Algo anormal en mí, me ha apetecido escribir un fanfic. El fanfic es sobre Elric de Melniboné, aunque espero que pueda leerse sin conocer la historia de la que parte. Algunas cosas, aunque me he documentado por inet, no sé si serán correctas, pues esta historia se cruza con la de Dorian Hawkmoon y nada se ha traducido aún sobre dicho personaje (excepto un par de cositas que publicó la fucktoría en un libro de relatos cortos sobre El Campeón Eterno. Pero es la Fucktoría, así que no cuenta).
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Niun El Que Todo Lo Sabe, condenado a olvidar o a permanecer por siempre en los planos inferiores, en la ciudad de Ameeron, donde los demonios van a comerciar. Niun El Que Todo Lo Sabe, un hombre con un poder enorme, nacido de un enorme conocimiento; un enorme conocimiento, nacido de una enorme curiosidad; una enorme curiosidad que fue su perdición.

Recuerda aun a Orland, recuerda a El Consejo y recuerda que si olvida lo que recuerda será libre de nuevo.

Casi a olvidado, casi, casi, casi…

-¿Dónde va esta vez, maestro Niun? –Escucha a su espalda Niun, El Que Casi Ha Olvidado, y, al volverse, ve un enorme jardín y, tras él, un bellísimo edificio. No se extraña de no ver las sucias calles de Ameeron, pues las ha olvidado, y, al ver al joven que le mira con una sonrisa, recuerda. Es Niun El Que Todo Lo Sabe y tiene un viaje por hacer. Puede que, tras este viaje, su sobrenombre no sea una exageración. Si lo que sospecha es cierto, conseguirá todo el conocimiento de ese grupo que se hace llamar El Consejo.

-Como siempre, querido, voy a buscar lo que aún me falta –Contesta con una sonrisa, y sigue su camino.

Siete días. Doce trampas. Cualquiera habría muerto, o dado la vuelta. Pero Niun es demasiado inteligente, y los secretos del Consejo… demasiado irresistibles. Ahora están a su alcance.

Una puerta. Al otro lado todo lo que ha buscado. Miles de tomos, se está diciendo a sí mismo, siglos de sabiduría acumulada, ha leído en algunos textos prohibidos. Y todo al otro lado de una simple puerta de manera tallada.

Ávidamente, empuja la puerta. Expectante, ve una habitación que, lentamente empieza a percatarse, está casi vacía. Solo un tomo, sobre un atril.

Sorprendido. Anonadado. Mareado. Sus sueños. Sus esperanzas. Todo perdido. ¡Espera! El libro, en el libro lo pone, en el libro dirá dónde.

Corre hasta él y lo abre. Y lo hace sin mirar siquiera el título. Incauto.

Sus labios tiemblan, su mente se desmorona.

-¿No te esperabas algo así? “La sabiduría de todos los siglos” habías leído, ¿no? Niun, ahora sí, El Que Todo Lo Sabe. –Niun se gira sorprendido, aunque no está sorprendido, pues sabía que sucedería esto. Pero también sabe que estaría sorprendido…

-No puede… no puede… Orland, –le conoce, aunque nunca le ha visto, porque sí le ha visto y ha leído la escena – no puede ser verdad, esto no puede ser…

-Sí, acabas de leer el libro del destino, ¿placentero?

-Pero la historia acaba. ¡Acaba! Y la parte de ese albino… no, no puedo cumplir mi parte. Jamás haré lo que dice el libro.

-Ya lo has hecho, ya lo sabes. Y ahora es cuando yo te envío a Ameeron hasta que olvides todo, ¿recuerdas?

-¡Me enfrentaré a ti, no iré a Ameeron!

-No, no lo harás, porque no lo hiciste. Y además, si lo hicieras, perderías. Yo también he leído el libro, ¿sabes? Acepta el trato. Cuando olvides podrás salir de allí, volver a este plano con tranquilidad. Olvida pronto y burlarás al libro.

-He leído el libro. Sé que lo primero que olvidaré será el libro, y a Elric. Y luego cumpliré con mi parte, porque no recordaré no desear cumplirla.

-¿Me estás diciendo que no aceptas el trato?

-Te estoy diciendo lo que el libro dice que te digo. O que te dije. Acepto el trato.

Está en Ameeron. Es Niun El Que Todo Lo Sabe, pero ya no recuerda lo que sabe. Quiere olvidar, y olvida. Y cumple su parte en el libro del destino.

martes, julio 04, 2006

Vuelta

Ligera nieve caía sobre mí, pero no sentía ninguna gana de levantarme. Ese jardín me vio crecer, el roble en el centro había sido la presencia más imponente de mi niñez y mi muñeco de entrenamiento con la espada de madera. Cuando me fui era mi hijo el que jugaba a ser soldado. Y ahora, a mi vuelta, ya tenía edad para ir a luchar si se diera el caso.

-Mi señor, ¿estáis bien? –Preguntó alguien a mi espalda. Me giré, levemente, y me encontré con los ojos que esperaba ver. Diez años de guerra no me habían hecho olvidar la voz de mi amor. Mi dama. Mi mujer. No pude hacer otra más que sonreír.

-Tranquila, mi ángel, solo necesitaba pensar. –dije mientras ella se acercaba bajo la suave nieve al banco de piedra. –Desde que he vuelto he pensado mucho. Pero veo que os he preocupado, mi señora, y no voy a deciros que sin causa. Sin embargo puedo deciros que ya tengo lo que quería, que ya no tendréis que sufrir por caras largas y largas horas de desespero. Ya puedo sonreír.

-¿Podéis explicármelo, amor mío? –Me interrogó con suavidad. Sin embargo, noté su relajación.

Tras una pausa, empecé a hablar. –Habían pasado muchos años desde que me fui. Tras mi vuelta todo eran detalles. Nuestro hijo había crecido, ya era un hombre. Tú eres más madura, e incluso más bella que antes. He notado que de los sirvientes que dejé aquí solo el viejo Paulano sigue con nosotros, he incluso el parece más viejo si cabe; la demás servidumbre es nueva. Incluso el palacio ha cambiado. Me sentía… fuera de lugar. Como si no perteneciera a este lugar.

-Pero, mi señor… -empezó a decir, pero la corté suavemente, con una cariñosa sonrisa y levantando los dedos de mi mano derecha hasta sus labios.

-Pero nuestro hijo me quiere, me recordaba cuando vine. Y le habías hablado de mí con tanto fervor que ahora me adora y casi hasta me agobia pidiéndome “papá, háblame de la guerra”. Tú aún me amas, no me olvidaste. Y la gente me mira con adoración, su valiente señor que vuelve de la guerra. No me di cuenta al principio de esto, pero… ¿sabes qué es lo que me hizo darme cuenta? –Señalé hacia adelante, sin apartar la mirada de sus ojos. Ella, reluctante, miró hacia donde yo señalaba.

-El árbol. No ha cambiado. No ha cambiado nada, el roble de mi padre. –Al principio no comprendió lo que quería decir, pero, cuando se dio cuenta, sonrió. Nunca ha sido tonta, mi pequeña. –Id adentro ahora, mi señora. Ahora entro yo. –Le pedí con una caricia.

Estuve a solas unos momentos más, bajo la nieve. Recordé la guerra, pero mandé más lejos mi mente, antes de la guerra, y comprendí por qué aquel siempre había sido “el roble de mi padre”. Y deseé que mi hijo, al mirar este árbol, lo viera también como el roble de su padre.

Me puse en pie y fui hacia el arco de la casa. Apenas estaba a cubierto en la arcada del frontal cuando el viejo Paulano se me acercó y me extendió mi capa de piel sobre los hombros. –Paulano, –dije con cariño –eres ya un hombre mayor, no hace falta que me guardes y vigiles todo el día. –Sí hace falta, mi señor, -me respondió – porque así ha sido siempre.

Así ha sido siempre. Sonreí al más fiel de mis sirvientes y entré en la casa.

lunes, junio 19, 2006

Mitología: partes tercera y cuarta

-Estoy harta de esperar.
-Tranquila. Empieza a decaer la fiesta dentro de las murallas. Pronto Ulises abrirá las puertas y podremos entrar. No será una gran batalla. Será una gran matanza. Pero hay algo seguro: se harán cantos sobre nosotros. Será un gran día.
-Aquiles, eres un asesino. ¿Nunca pierdes esa sangre fría?
-No, no soy un asesino. Sólo quiero la gloria. Quiero que todos me recuerden. Y si para ello tengo que matar a medio mundo, lo haré y seguiré matando.
-Dioses, por eso Ulises me dijo que no me separara de ti. Si con eso lograras más fama te dejarías matar, maldito Pies Ligeros. Y si te matan demasiado pronto no podrás salvarle a él.
-Te equivocas en algo, Anaucäa. Ulises me conoce muy bien, cierto. Necesito una niñera. Pero no moriría por fama. Moriría por gloria.
-¿Y qué diferencia hay? La cuestión es que estarías muerto. ¿A quién le importa la gloria?
-Dime, ¿qué es la vida para ti? ¿Disfrute? No, no estarías en esta guerra. ¿Honor? Una mujer que lucha como un héroe no tiene honor, no hoy.
-Supongo que seguir viviendo. Eso es la vida para mí.
-Eso es otra manera de decir que no sabes lo que buscas. O tal vez no busques nada. Yo hace tiempo que sé cuál es mi camino.
-¿Sabes, Aquiles, que desde la muerte de Patroclo eres más catrastrofista? Antes hasta te había visto reír alguna vez. Desde entonces...
-Solo soy realista. Descansa ahora. En una hora empezará la segunda fiesta que tendrá Troya esta noche. La primera fue con vino; la segunda será con sangre.


-Amigo mío, todavía no me puedo creer que hayas muerto. Entré en la ciudad, abrí las puertas y resistí el puesto porque sabía que vendrías en mi ayuda. Siempre fuiste el más valiente de los hombres, el más arrojado. Muchos te recordarán como un psicópata, o como un loco, solo porque deseabas la gloria. Yo sé que los que mataste murieron en paz, vengados, que su asesino no dormía por las noches por temor a recordar. Pero que tenías que hacerlo. Por un sueño. Descansa, valiente. Yo guardaré tus armas, yo contaré tu historia. Tú mueres y yo sigo vivo, pero cuando yo muera tú aún vivirás.
Ulises se alejó de la pira del que fue el más fiero, el más capaz, el más potente de los guerreros. Hijo del Rey Peleo y de la diosa Tetis, señor de los mirmidones. Amigo. Aquiles.
-Bueno, ¿vuelves a casa, entonces?
-Sí, Anaucäa, me voy. Este infierno ya no es para mí. Que Agamenón se lo quede para él, pues es el que más ha perdido aquí, y el que más ha ganado. Fuego y honor van juntos. Preferiría no haber tenido tanto de ambos.
-Agamenón también se va. Creo que odia esta tierra más de lo que la odias tú.
-Entonces, maldita sea. Voy a preparar la marcha.

lunes, junio 12, 2006

Mitología, Segundo Fragmento

Hace algún tiempo (allá por marzo del 2005) colgué aquí un pedazo de una idea que había tenido, una forma personal de ver el mito de Ilión (Troya) y el posterior viaje de Ulises.

http://magoelener.blogspot.com/2005/03/mitologa-conversacin-primera.html#comments

Creo que con este segundo fragmento se entenderá mejor la situación que estoy construyendo, de manera que pueda presentar el tercer fragmento en un breve plazo.

Para los que no tengan ganas de leerse el anterior fragmento, un pequeño resumen: Poseidón exige a Ulises que deje de acostarse con Anaucäa, guerrera y heroína griega, a cambio de permitir el fin de la guerra en Ilión. Ulises, que aún ama a su mujer Penélope, acepta para así poder volver con ella a Ítaca.

Fragmento segundo:

-¿Qué has hecho qué?
-Entiéndelo, Anaucäa, sabes que jamás habría cedido. Tuve que jurar. Además tú y yo somos buenos amigos y nos divertimos juntos, nada más. No hay problema en esto. Al fin y al cabo, si funciona dentro de muy poco estaremos de vuelta en casa.
-Dioses, Ulises, no es eso. Odio que decidan por mí, y vosotros lo habéis hecho. Mi vida es mía y la usaré como desee. Maté a mi padre porque me quería para él, no voy a volver a dejarme llevar. Mis decisiones son mías.
-Eres injusta. Yo no tomé ninguna decisión, Poseidón no me dejó otra posibilidad que no fuera aceptar...
-¡Podías haberte negado!
-Sé razonable. Es la mejor salida. ¿O quieres que siga muriendo gente? Cientos de personas han muerto. Aquiles ya no volverá a ser el mismo, ¿vamos a dejar que se destrocen más vidas contra los muros de Troya?
-Lo sé, lo sé. Tienes razón, Ulises. Pero comprende que me sienta dolida.
-Uy, pues sabiendo cómo luchas, no me gustaría ser Poseidón cuando venga a, según sus palabras, darte la oportunidad de pedirle perdón. -Concluyó con ironía.

lunes, junio 05, 2006

El Nigromante Interior

No hay peor persona que un soñador decepcionado, porque sigue teniendo el sueño pero no la esperanza.

Soy un mago. Los magos somos gente que sabemos cosas, y que no tenemos miedo a preguntar si eso nos va a ayudar a saber más. Somos aquellos con los que cuentas cuando no hay otra opción, y muy a menudo no servimos de nada, pero, a veces, salvamos una situación comprometida.

Soy un soñador. Como todos los magos, creo. Soñamos cosas distintas unos de otros, pero nos entendemos porque, básicamente, todos nuestros sueños se reducen a lo mismo. Todo mago sueña con saber, todo mago sueña con ayudar. Todo mago, en el fondo, tiene fe, como mínimo, en sí mismo y en todos los demás. En mi caso eso se traduce en una deificación de la lógica y la creencia de que todo el mundo, dentro de su propia moral, es bueno.

Pero hay momentos en los que los sueños de un mago amenazan con romperse. Cuando la confianza en los demás es traicionada, cuando uno mismo se cuestiona su propio ser. Entonces el mago se vuelve arisco y brusco, y cada vez confía menos en los demás. Si no tiene gente que le ayude a recuperar la fe, poco a poco se convierte en la peor clase de persona. Tal vez, por analogía, podríamos llamarlo el nigromante.

El nigromante es cerrado de mente, se niega a asimilar ningún conocimiento que no haya encontrado por sus propios medios. No confía en nadie, y, por ello, no tiene problemas en traicionar a nadie, ni en hacer todo el daño que pueda.

Gracias a la suerte que tengo dudo mucho que jamás llegue a nigromante. Todo mago recorre, a veces, pequeños tramos del camino. Pero vuelve atrás si, como yo, tiene a gente que le ancla a lo que quiere ser.

Gracias a vosotros, que me ayudáis a pasar mis caídas y a volver al mago, puedo seguir siendo quien soy. Y gracias a los nigromantes que he conocido, unos cuantos, y a menudo los causantes de mis caídas, cada vez conozco mejor lo que me espera si me dejo llevar, y no quiero acabar allí.

Me gustaría que esos nigromantes de los que hablo recuperaran la esperanza, y con ello recuperaran su propia vida. Pero es un camino difícil de vuelta, y tienen que hacerlo solos, porque no permiten que nadie les ayude.

Porque no hay peor persona que un soñador decepcionado, pero tampoco hay persona que de más pena.

sábado, junio 03, 2006

My Generation, dirían The Who

Tengo miedo a mi generación.

Me explico. Algún día esta generación tomará las riendas del mundo, algún día nuestros papás y mamás dirán “estoy cansado de hacer que las cosas vayan bien, os toca a vosotros”, y tendremos que organizar las cosas entre nosotros.

Seamos sinceros, en esta generación (digamos los que ahora estamos de los treinta para abajo, y algunos más) hemos salido todos, de una manera u otra, malparidos. Hay quienes no tienen ninguna moral, quienes no tienen ningún conocimiento ni ganas de tenerlo, quienes no tienen ninguna inteligencia (por supuesto, todo esto no es excluyente, podría señalar a bastantes que cumplen dos de tres y unos cuantos que cumplen las tres) y, luego y a parte, un escaso dos por ciento que sí tienen todo lo anterior pero no tienen ninguna posibilidad de nada.

Y aquí empieza el problema, claro. Porque cómo nosotros, una caterva de cabrones y/o mendrugos y/o idiotas (como ya he dicho, no es excluyente) vamos a conseguir organizar una civilización, me aterra (no he incluido al otro dos por ciento porque esos, probablemente, viendo el panorama, intentarán volverse autistas, y si no lo consiguen solos ya les ayudará el resto).

Somos, y no exagero, cerrados de mente, ilógicos, negativos, violentos, indiferentes (si no va con nosotros, claro, al estilo de la cita de Martin Niemöller), vengativos, fanáticos (en el peor significado del término), ingenuos y/o malvados (por primera vez en la historia se pueden dar juntas ambas cosas), ofensivos, irracionales, egocéntricos, mimados (¡toda una generación mimada!), estúpidos, cobardes, irresponsables. En resumen, inútiles. Y somos el futuro.

Lo que nos espera resultaría divertido si no fuera porque tendremos que vivirlo. Esto, y solo esto, lo convierte en penoso. Porque vamos, que lo lees escrito y te partes la caja.

miércoles, mayo 31, 2006

Wolve

Barro en la cara, lodo espeso formado por tierra, sangre y nieve semiderretida. No recuerdo quién soy. Pongo las manos en el fangoso suelo y empujo. Mis piernas empiezan a ponerse en posición para recibir el peso de mi cuerpo. Ya recuerdo. Wolve. Soy Wolve. Me pongo en pie y miro a mi alrededor. Un cielo sin luna ni estrellas, y cadáveres hasta donde alcanza mi vista. Empieza a nevar, y siento una presencia tras de mí. Me giro. –Llegas tarde -le digo. Y sonríe.

sábado, mayo 27, 2006

Meme-ces?

Me han mandado un meme, que, para el que no lo sepa, es como la sífilis pero solo se transmite entre los que tienen blog. Me lo manda mi panterita doméstica, lo que demuestra la validez de la analogía.

Por cierto, meme (lo he buscado en la wikipedia) es la unidad mínima transferible de cultura.

Bien, como soy un poco pánfilo y tal, pues voy a ello. El caso es que tengo que hacer un pequeño estudio de las series que veo, pero como soy así de guai, en lugar de hacerlo objetivamente, que es lo que se supone que hay que hacer, voy a opinar a diestro y siniestro y de mala manera. Y al que no le guste, que no lo lea y busque información de la series en el IMDB. Nos a jodío.

Empiezo con los dos grandes: Babylon 5 y The West Wing.

-Babylon 5 es una serie de ci-fi, una serie con un complejo desarrollo de personajes que nos cuenta una historia enmarcada en un plano político y filosófico puro, en el que vemos a una serie de personajes evolucionar, cambiar, temer, pensar, y moverse de una manera puramente soberbia. Puede que algunos escenarios, o algunas historias sueltas de capítulos individuales sean seriamente objetables, pero la enorme parábola que supone, y la complejidad de los personajes que desarrolla (además, por supuesto, de los diseños) la convierten en la, casi con toda seguridad, mejor serie de ci-fi de todos los tiempos.

-The West Wing (El Ala Oeste de la Casa Blanca) es la serie más inteligente que he visto nunca. Aaron Sorkin crea unos dialógos impresionantes, lo que da una fuerza a la serie, una agilidad y, por supuesto, un guión de régimen superior. Por supuesto, no he visto partir de que Sorkin dejara de guionizar (temporada 4ª), pero lo veré, aunque me han comentado que pierde calidad.

Ahora alguna otra:

-House, un doctor cabrón al que deberían haber despedido hace mucho. Joder, que va probando casi parece que al azar, por dios. A pesar de eso, la serie está llena de mala leche, lo que es bueno, y tiene un capítulo, “Tres Historias”, que merece pasar a la historia.

-Génesis, en la Mente del Asesino. Gran serie española que… para que os voy a engañar, si veis un solo capítulo ya pilláis por qué camino vamos. Una mierda. Actuaciones, en su mayoría, de broma, tramas de película americana de domingo a la tarde, desarrollo de personajes nulo, igual que el que sea el director, que debería hacer algo productivo con su vida, como trabajar en un McDonalds. Le he dado una oportunidad. Hasta aquí ya.

-Crossing Jordan es una buena serie de forenses, pero más personal que CSI. Tal vez ahora incluso sea demasiado personal para mi gusto, se me está convirtiendo en un culebrón. Pero las historias no están mal, y los personajes bien desarrollados.

Y hasta aquí puedo leer. Hala, ahí tenéis este meme particular, que más que un meme es un artículo de opinión. Y se lo paso al Samurai de la flauta de Pan, para reírnos un rato, y a la Triocular y la Hermana de Ender, para ver si así deciden abrir un blog.

jueves, mayo 25, 2006

Hoy

Fondos rojos y miradas vacías,
centelleo de espadas y hojas frías.
Plumas flotantes, en bosques y en minas,
cuentos, poemas, leyendas y rimas,
de enanos y elfos, de lagos de estrellas
de fuertes hombres, de mujeres bellas.
Futuro y pasado, realidad o ficción,
de tranquilas mentiras, de imagen y acción.
Y así soy, así somos,
aunque el filo sea romo
Aguantando la malicia, forjamos almas,
soportando el fuego, afilamos las armas.

martes, mayo 23, 2006

Jugando a Ser Dios

He dibujado en el cielo, con brocha, un reluciente sol amarillo, y luego le he puesto una bonita sonrisa con el boli negro. Aunque se me ha corrido un poquito el color y a tapado algunos trocitos de la sonrisa, ha quedado muy bien. Y luego le he puesto unas gafas de sol negras, que le dan un toque muy veraniego. Bueno, es verdad que quedan como dos enormes manchas solares, y producen un poco de cáncer de piel, pero bueno, son bonitas.

Después he dibujado una nave espacial que va hacia el sol y se estrella y estalla en llamas y se deshace y mueren los doce tripulantes. Pero no me ha gustado y lo he borrado. Ya no quiero pensar en eso.

Luego me he comido unas galletas y me he tomado otro café antes de seguir dibujando, y cuando me he puesto de nuevo he decidido dibujar algo bonito. No se me ha ocurrido nada, así que he dibujado una persona, y luego otra.

Se lo he enseñado a papá. Le ha gustado mucho y ha dicho que si practico mucho, algún día puede que pinte algo verdaderamente bonito. Así que voy a pintar mucho, mucho, mucho.

Creo que ya no quiero dibujar más por hoy.

jueves, mayo 04, 2006

Ciclos

Conceptos e ideas que se convierten en ideales. Pasión, movimiento, acción. Revolución. Dolor, ansiedad, inadaptabilidad, ideales que se convierten en utopías. Terror. Traición. Idiotez, irrealidad, mentiras. Tiempo. Olvido o caída, negación de la verdad o destrucción.

Todo proceso histórico humano se compone de estos pasos. Es curioso, pero a ellos se adapta todo gran imperio, revolución, sociedad y tendencia artística o ideológica. ¿Tendremos estas palabras escritas en ese orden en nuestro mismo código genómico?

Se dice que la historia es cíclica. Lo que no se dice es que no hay un solo ciclo. Cada ser humano es un ciclo.

jueves, marzo 30, 2006

Tres



Tres eran los mosqueteros.

Aramis. Divertido y pasional, el primero de los mosqueteros. Loco, salvaje, incontrolable. Un auténtico dechado de problemas, aunque siempre sale adelante. Valiente, atrevido, el más joven. Es un símbolo y es el primero.

Porthos. Descarado, pero bonachón y tranquilo, el segundo de los mosqueteros. De fiar es una expresión que lo define, pero no se corta de hacer lo que siente y decir lo que piensa. Es un símbolo y es el segundo.

Athos. Orgulloso, tranquilo, una apología de la perfección, excepto por lo que le envuelve, el tercero de los mosqueteros. Acosado por sus problemas, sí, pero siempre firme, siempre un apoyo. Es un símbolo y es el tercero.

Gracias por estos tres años.

sábado, marzo 11, 2006

Errores

Hoy tengo que dar las gracias.

De un tiempo a esta parte he cambiado, las decepciones me han golpeado y yo, queriendo salvar al mago de mi interior, casi lo mato con el peso de las armaduras. El orgullo y la cerrazón que siempre he mantenido lejos me ayudaron a sortear los golpes, fueron un muro, pero casi me cuesta perderme a mí mismo para siempre. Y ahora ya no quiero más esos muros.

La poca seguridad en mí mismo ha sido siempre mi mayor característica, es lo que me convierte en el mago, lo que me dicta quién soy. Nunca he sido un sabio, lo que soy no es más que un buscador de sabiduría. Y eso es lo que mis muros me habían hecho olvidar.

Había perdido la fe y he de recuperarla. Había dejado de creer en el ser humano, solo yo era completamente fiable. Pero alguien me dijo: “prefiero vivir y equivocarme a estar muerto y no poder acertar”. Nunca podré agradecer lo bastante estas palabras.

Hay gente que merece mi confianza, algunos porque jamás me han engañado pidiéndomela (sabéis quiénes sois), otros porque, en realidad, no tengo derecho a dudar de ellos (también sabéis quiénes sois).

Por eso doy las gracias. Porque, en los peores tiempos de este aprendiz de mago, cuando menos me parecía a mí mismo, cuando más cerca he estado de renunciar a la magia, me habéis aguantado y me habéis hecho entender que me había perdido.

Gracias por hacerme volver al camino cuando ni siquiera me había dado cuenta de que me había salido.

Espero que, algún día, pueda volver a ganar lo que, con justicia, he perdido con vosotros. Espero volver a dialogar con vosotros, no solo discutir.

viernes, marzo 03, 2006

Él

Tuve un sueño.
Soñé un gran árbol, muchas ramas,
en cada rama mil pequeños jilgueros,
en las ramas más débiles, los pajarillos más ligeros,
el tronco estaba siempre visible incluso para los de más lejos.

Tuve un sueño.
Soñé un cielo cuajado de estrellas,
en el centro brillaban las más bellas
apoyando las demás con su más bella luz
para crear así más luz con ellas.

Tuve un sueño.
Un hombre amable en una montaña solitaria,
maestro de reyes, rey de sabios, sabio en magia,
creador de belleza, conocedor de ciencias varias,
organizador de jilgueros y de estrellas, apaciguador de almas.

¿Ha sido un sueño?
Ojalá no haya sido un sueño.

jueves, marzo 02, 2006

Demostración Matemática del Cuento de Caperucita Roja

Tras una concienzuda búsqueda en bibliotecas públicas y eclesiásticas, he aquí una joya que encontré escondido entre los libros prohibidos de la iglesia de Mazón de las Matas, a los que accedí a hurtadillas mientras el párroco se pimplaba una botella de Beefeater. He de decir que la búsqueda no ha sido nada fácil, pues he seguido el rastro de este texto, escrito en 1732, a través de los registros de 3 continentes, pero ha valido la pena.

Sin más paso a presentar el texto, en el que el autor, un francés afincado en Matalaperra de los Infantes nos cuenta, con todo lujo de detalle, la historia de Caperucita Roja. Esto no tendría nada de especial si no fuera porque la historia que cuenta es la de los hermanos Grimm, nacidos 50 años más tarde, no la antigua leyenda, y la cuenta en un lenguaje claro y preciso, mucho más inteligible que el de estos, que por no ser no eran ni españoles ni nada (el otro tampoco, pero era bajito y gilipollas, así que era español por adopción).

Con este texto queda demostrado que los Grimm, por otra parte grandes conocedores de las matemáticas, no adaptaron nada, se limitaron a traducir.

Antes de ofrecer el texto aclararé la notación, dado que forzosamente han de aparecer signos en el texto que no aparecen en las fuentes disponibles: [e] es “pertenece a”, [IR] es “cuerpo de los reales”, [A] es “para todo”, [E] es “existe”, [c] es “contenido”, [^] es “intersección”, [/c/] es “no contenido”.

A continuación paso a ofrecer una traducción fiel del texto íntegro (en polaco en el original [y con subtítulos también en polaco]):

Hace x años siendo x un número finito desconocido pero constante, x[e][IR],, [A]y[e][IR] x>y o x=y, [E]! c del conjunto N={niñas del mundo/edad<8 c="{caperuza" s="caperuza" d="día," f="d+h,,"> c toma vector “casita” -> “casita de a” siendo a[e]{abuelas de c}. Cuando h>1/2 => c[c]“casita de a” hasta h>1, si h>1 c toma vector “casita de a” -> “casita”. Este teorema es aplicable [A]h>0 y c={caperuza roja, ropa, niña}=c(1)={caperuza roja, ropa, niña, cestita} mientras h[e](0,1/2).

Entonces c<(casita de a-pueblo)/2 => limf(c)=c, c>(casita de a-pueblo)/2 => limf(c)=c, c=(casita de a-pueblo)/2 => limf(c)=l, siendo l=incógnita con pelo.

Aplicamos L´Hopital para dar un rodeo => l -> casita de a, c -> casita de a, c/l>1.

Tomamos l[/c/]{casita de a} => l+p=a-p (siendo p el elemento puerta de {casita de a}) => l[c]{casita de a} y a[c]l={elementos lobo}. Corolario: “ropa de a”[e]l={elementos lobo} (dato adicional [a probar como ejercicio]:¿l[e]{machos}?¿l[e]{hembras}?).

Considerando c[e]casita de a tomamos f:I(c) -> l, siendo I(c)={Ideas felices de c},, f(ojos) -> OJOS, f(dientes) -> DIENTES,…, f(i) -> I [A]i[e]I(c), siendo I[e]l, i c[e]l (¿f(c)=C? Considerar).

Teorema: Si vector posición de C´.E´.C´´=vector posición de l => l=0 (Siendo C´={cazadores sádicos}, E´={escopetas cargadas}, C´´={cuchillos afilados}).

Demostración:
Lema 1: E´+l= jodienda (evidente)
Lema 2: F(C´´)>F(l), siendo F(i)=filo de i.
Por reducción al absurdo: si F(C´´) Mundo[e]{l(i)}, i[e]I(i), siendo I(i) conjunto de índices y l(i) lobo cualquiera. ABSURDO => F(C´´)>F(l).

Aplicando Lema 1 y Lema 2 sobre l => l=0.

Además, como corolario: l=c+a+“vida de l”+“cariño a l por parte de C´”. Siendo l=0, vida de l=0 => c+a+“cariño de a por parte de C´”=0 => c+a=2, pues “cariño a l por parte de C´”=-muchísimo.

Bueno, ¿os ha gustado? Pues aquí va un avance de mi próximo ensayo: “Pi” es muy romántico, un poeta, “e” es perfeccionista, ha estudiado ingeniería, “i” es más moderno, peazo punkarra (cuando los punkis nos vamos de marchaaaaa, no te enamores, tonta del habaaaaaaa).

miércoles, febrero 01, 2006

De Genialidades y Otras Efemérides

Hace unos días vi el cartel anunciando el último libro aparecido hasta el momento de la saga, en castellano. Y he de decir que estoy muy contento con el trabajo realizado por nuestros genios españoles del marketing, que son cool and smart que te cagas to´pa´down.

Por supuesto, no sé cómo no se me ocurrió antes, un título como “Harry Potter and The Half-Blood Prince”, cuya traducción literal al castellano es “Harry Potter y el Príncipe Mestizo”, es absolutamente incorrecto políticamente hablando, así que, necesariamente, había que cambiarlo. Que le den por saco a la autora y a los fans, que le den por saco a la corrección de publicación de la obra, que le den por saco a todo mientras tengamos la posibilidad de ganar más pasta. Como ya ha demostrado el cine, cambiar el nombre de las obras no solo es productivo, sino que, además, es divertido. Solo hay que fijarse en lo bien que se lo pasan los frikis poniendo a parir que se haga. Si es que son unos cachondos.

Un título con la palabra “mestizo” no sería correcto, así que tras probar con “Harry Potter y el Príncipe Igual Que los Demás Porque en el Fondo Todos Somos Personas y No Hay que Marginar a Nadie por Ser Diferente que Eso Está Muy Mal y Seguro que Es Muy Majo Pero Nadie le Da Una Oportunidad Aunque que Quede Claro que Este Libro No Trata de Racismo Ni Nada de Eso que Es Para Niños y Luego No Hay Manera de Venderlo”, pensaron que tal vez un título más corto estaría mejor. Lo llamaron “H”.

Pero esto tampoco les convenció, así que decidieron castellanizarlo, usando una de las palabras sacadas del “Índice Mágico de Palabras Para Títulos de Películas de Serie B”. Primero les salió “noche”: “Harry Potter y el Príncipe de la Noche”. Pero pensaron que esto ya se parecía a un crossover con Batman, y como no habían invitado ni a Tim Burton ni a Christopher Nolan, lo desecharon.

Ahora bien, después les salió “misterio” en la tirada aleatoria. “¡Misterio! ¡Cómo no se nos había ocurrido antes! ¡A todo el mundo le gustan los misterios!” pensaron. Y dicho y hecho. “Harry Potter y el Príncipe Mestizo” se convirtió en “Harry Potter y el Misterio del Príncipe”.

Por este magnífico motivo alabo y laureo y ensalzo y escarolo (¿escarolo? Sí, escarolo, si total ya da igual lo que diga) a los alabados y laureados y ensalzados y escarolados editores de la versión castellana (no te repites ni ná, macho, poco original que eres).

Sin embargo (siempre hay uno de estos, ¿eh? Como molestan los "sinembargos") creo yo podría haber aportado algunas ideas interesantes a tan magna tarea de cambio nominal. Dicho y hecho, presento algunas de mis opciones.

-“Harry Potter y el Príncipe Gitano”, así podríamos hacer una versión cantada por Lolita y sacarla en cd.

-“Harry Potter y la Final de la Champions”, porque, seamos sinceros, esto de la literatura no atrae, hablemos de fútbol.

-“Harry Potter y el Misterio Nocturno Secreto en la Noche”, que el “Índice Mágico de Palabras Para Títulos de Películas de Serie B” da un juego que te cagas.

-“Parque Jurásico de las Galaxias y Terminador Trek”, así, como quien no quiere la cosa, nos aprovechamos de la fama de otros. Lalala, yo no he sido, ha sido casualidad…

-Y, para terminar, no por falta de ideas sino de ganas de exponerlas, la que más me convence a mí: “Javier Gómez y la Tortilla de Patata”. Sí, ya sé que la tortilla de patata no tiene nada que ver, pero para saberlo tienes que haberte comprado el libro, y después de eso me la trae floja lo que digas. Además, de esta manera nos acercamos más a la cultura castiza y española de toda la vida, lo que hace que el lector se sienta más cómodo (porque es gilipollas) y lo compre más a gusto (porque es gilipollas). Al castellanizar el nombre los niños se sentirán más identificados y cercanos (porque son gilipollas) y, haciendo unos retoques allí y aquí podemos conseguir que los padres (exacto, los gilipollas) se lo compren a sus hijos con más ganas y todo.

Además esto nos abre las puestas para otras castellanizaciones como Herminia Ortiz (Hermione Granger en el original) o el tan cercano y querido Ronaldo Beckham (Por Ron Weasley. Le dejamos un apellido inglés para que se vea nuestro espíritu pluricultural, pero no el mismo que tenía, que se malacostumbran. Nada, el de un conocido genio intelectual héroe de masas), o incluso Gundenmaro (por Dumbledore).

Habrá que investigarlo.

miércoles, enero 25, 2006

Extractos

Qué curiosa es la perspectiva que da el tiempo a algunas cosas. Ideas que se ven nuevamente, y que parecen nuevas, palabras que ya antes contenían esas cosas pero que no habías comprendido de verdad. Tal vez por eso me gusta volver a leer libros que ya he leído, para poder juzgar sus ideas desde nuevas perspectivas.

Esto viene a raiz de mi relectura de Un Mundo Feliz, de Aldous Huxley. Palabras curiosas que no comprendes la primera vez.

"Lo que hacía a Helmholtz tan incómodamente consciente de su propio yo y de su soledad era su desmedida capacidad. Lo que los dos hombres tenían en común era el conocimiento de que eran individuos. Pero en tanto que la deficiencia física de Bernard le había producido durante toda su vida aquella conciencia de ser "diferente", Helmholtz Watson no se había dado cuenta hasta hacía muy poco tiempo de su superioridad mental y de su consiguiente diferenciación con respecto a la gente que le rodeaba."

"Helmholtz y el savaje hicieron buenas migas de inmediato, y Bernard se vio sumido en el infierno de los celos. En todas aquellas semanas no había logrado intimar con el salvaje tanto como lo había logrado Helmholtz en tan poco tiempo. Mirándolos y oyéndolos hablar, más de una vez deseó no haberlos presentado."

"Así se vengaba de sus dos amigos por el hecho de que la amistad que había entre ellos parecía olvidarse de él."

Estas palabras siempre estuvieron aquí, pero no ha sido otra cosa que el tiempo lo que les ha dado un significado mucho más completo. Una pena, si hubiera comprendido el significado completo la primera vez, habría estado preparado antes. Al fin y al cabo, el hombre no es perfecto.

domingo, enero 08, 2006

Pena

Hoy pensaba escribir una historia aquí, en el blog, una historia que llevo tiempo pensando. No me refiero a que haya pasado mucho tiempo con ella, tampoco la he pensado mucho, pero sí es cierto que hace ya unas semanas que me ronda la cabeza. Sin embargo, he tenido la oportunidad de hacer otra cosa mucho mejor (para mí, claro) y al final se ha vuelto a quedar en mi cabeza, esperando.

Tal vez ese sea uno de mis peores defectos como escritor. Como yo ya sé la historia, como yo ya sé las palabras que quiero poner, no necesito escribirlas. Ya me lo sé.

Esto, obviamente, es por la maldición del lector. Sí, es cierto, "a escribir se aprende leyendo", se suele decir, y es cierto. Pero, desgraciadamente, también hay un polo negativo en esta frase-imán: leyendo no necesitas escribir.

Y, claro, esto, obviamente, hace que me pregunte cuántos escritores de calidad, no como yo, cuantos Cervantes o Shakespeare, cuántos Scott Card o Bradbury o Dick, cuántos Tolkien, cuántos Alberti o Espronceda, cuántos Quevedo o Góngora, cuantos Cela, Delibes, Borjes, cuántos Pío Baroja o Unamuno ha perdido el mundo por ser demasiado lectores. O, ya que estamos, cuántos ha perdido el mundo por nacer en el lugar equivocado, o el momento equivocado.

Es triste. Pero lo más triste es que yo, ahora, a pesar de pensar en ellos por que intento ser escritor, solo puedo pensar en todo lo que, por culpa de la lectura, no podré leer.

domingo, enero 01, 2006

Recuerdos

Quiero volver a aquellos días. Quiero que todo vuelva a ser como solía, quiero que el mundo, que el transcurrir del tiempo, que la realidad, que mis sueños, vuelvan a tener sentido.

Ha pasado tiempo y ese tiempo duele. Ha veces me mata el dolor, y tengo que resucitar con los recuerdos. La herida abierta es la herida del cambio, y por eso no se cierra. Desearía que se cerrara pero no se cierra. Mi corazón se deshace de dolor. Y, mientras los recuerdos, mi único bálsamo, no desaparezcan, no desaparecerá tampoco ese dolor.

No quiero olvidar. No olvidaré.