domingo, julio 29, 2007

La Magia

Hace, tal vez, ya bastante tiempo que debí escribir esto. La magia es el principio de la creación de todo este blog, yo firmo como El Mago; debería haber definido qué es en verdad la magia, tal y como yo la veo. Como varias veces he dicho, las deudas están para pagarlas, y esto es una deuda ya muy antigua, conmigo mismo, con la magia y con los pocos que, a pesar de todo, me leen.

Empezaré por decir que la prestidigitación sí es magia, aunque sea una disciplina que yo no he estudiado aun. Quería empezar con esto en lugar de dejarlo para más adelante, cuando los argumentos estén más claros, simplemente para que, cuando vayáis leyendo lo que yo considero magia, veáis que cumple todas las condiciones, por tanto es magia, y viene a cuento de una reciente discusión con un amigo que defendía lo contrario.

La magia es algo mágico. La magia es algo grande y pequeño a un tiempo. Magia es, ni más ni menos, una palabra. Paraos a pensar lo que esto implica. La palabra magia no tiene un referente real, se refiere a sí misma como palabra, como idea, siendo así su propio referente real (ideas autorreferenciales, creo recordar que se llaman, muchos engloban en esta categoría a los dioses y seres simbólicos). La magia no existe más allá de sí misma. Por ello, magia es una palabra que significa algo que ninguna otra palabra puede: todo y nada a la vez.

Por ello llegamos a una de las partes que más me gustan de la magia, a la magia de mago o magia hermética (habrá gente que no esté de acuerdo conmigo, pero no considero magia nada que no sea desarrollo de los siete principios herméticos). La magia de mago es aquella que una persona puede hacer, aquella que, en verdad, funciona y que solo requiere que el mago sepa el truco (o timo, como ahora explicaré) y tenga la capacidad de usarlo. Esa fuerza es la fuerza de las ideas.

La magia de mago es una mentira que se dice sin mentir, es una idea que provocas sin que esa idea sea provocada, es, en el fondo, saber darse aires. Un mago puede ser el hombre más sincero del mundo, pero es un completo mentiroso. Porque la magia no es más que conocimiento, ciencia si se prefiere, aplicado de una manera cegadora. Magia es arrojar arena a los ojos para que no te vean ser alguien y parezcas más que eso.

La magia es un juego de decir sin decir, de usar lo que debe pasar en beneficio propio, la magia provoca porque no existe y, además de no existir, sabemos que no existe. La magia es la duda supersticiosa.

Un mago es un artista, un manipulador, una sonrisa con puñal. Nunca os fiéis de un mago, pues sus palabras pueden o no ser ciertas, pero él es una mentira. Os lo dice un mago. Suena fatal, cierto, pero es así. Y me encanta.

domingo, julio 15, 2007

Historia

Un hombre va andando por la calle y se tropieza con otro. Este se gira y le grita: ¡Gilipollas! Al oírlo, el primero se gira y le da un puñetazo.

1- Yendo por la calle un encuentro fortuito entre dos hombres provocó que uno de los dos, de manera soez, insultara fuertemente al otro. Este, no pudiendo pasar por alto la ofensa, respondió golpeándole para dejar así claro su enfado.

2- Tras una primera disimulada agresión, y la consiguiente y lógica respuesta verbal a dicho acto, un hombre ataca a otro en un arrebato de furia sin motivo.

Que cada uno juzgue.