He dibujado en el cielo, con brocha, un reluciente sol amarillo, y luego le he puesto una bonita sonrisa con el boli negro. Aunque se me ha corrido un poquito el color y a tapado algunos trocitos de la sonrisa, ha quedado muy bien. Y luego le he puesto unas gafas de sol negras, que le dan un toque muy veraniego. Bueno, es verdad que quedan como dos enormes manchas solares, y producen un poco de cáncer de piel, pero bueno, son bonitas.
Después he dibujado una nave espacial que va hacia el sol y se estrella y estalla en llamas y se deshace y mueren los doce tripulantes. Pero no me ha gustado y lo he borrado. Ya no quiero pensar en eso.
Luego me he comido unas galletas y me he tomado otro café antes de seguir dibujando, y cuando me he puesto de nuevo he decidido dibujar algo bonito. No se me ha ocurrido nada, así que he dibujado una persona, y luego otra.
Se lo he enseñado a papá. Le ha gustado mucho y ha dicho que si practico mucho, algún día puede que pinte algo verdaderamente bonito. Así que voy a pintar mucho, mucho, mucho.
Creo que ya no quiero dibujar más por hoy.
martes, mayo 23, 2006
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3 comentarios:
Muy bonito tu blog.
Gracias.
El Mago:*
curioso
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