domingo, enero 08, 2006

Pena

Hoy pensaba escribir una historia aquí, en el blog, una historia que llevo tiempo pensando. No me refiero a que haya pasado mucho tiempo con ella, tampoco la he pensado mucho, pero sí es cierto que hace ya unas semanas que me ronda la cabeza. Sin embargo, he tenido la oportunidad de hacer otra cosa mucho mejor (para mí, claro) y al final se ha vuelto a quedar en mi cabeza, esperando.

Tal vez ese sea uno de mis peores defectos como escritor. Como yo ya sé la historia, como yo ya sé las palabras que quiero poner, no necesito escribirlas. Ya me lo sé.

Esto, obviamente, es por la maldición del lector. Sí, es cierto, "a escribir se aprende leyendo", se suele decir, y es cierto. Pero, desgraciadamente, también hay un polo negativo en esta frase-imán: leyendo no necesitas escribir.

Y, claro, esto, obviamente, hace que me pregunte cuántos escritores de calidad, no como yo, cuantos Cervantes o Shakespeare, cuántos Scott Card o Bradbury o Dick, cuántos Tolkien, cuántos Alberti o Espronceda, cuántos Quevedo o Góngora, cuantos Cela, Delibes, Borjes, cuántos Pío Baroja o Unamuno ha perdido el mundo por ser demasiado lectores. O, ya que estamos, cuántos ha perdido el mundo por nacer en el lugar equivocado, o el momento equivocado.

Es triste. Pero lo más triste es que yo, ahora, a pesar de pensar en ellos por que intento ser escritor, solo puedo pensar en todo lo que, por culpa de la lectura, no podré leer.

1 comentario:

Artemisa dijo...

Yo no creo en esa maldición del lector (probablemente porque no la he sufrido, ni ganas tengo), pero creo que tienes talento y voluntad para vencerla.

Si de verdad no necesitas escribir (porque escribir es una necesidad personal para muchos), ¿por qué estás triste? ¿Por los grandes escritores perdidos? Eso no tiene remedio, pero podrías hacer lo posible para que tampoco tú te pierdas, ¿no crees?

Si también sientes pena porque tú mismo no consigues escribir, pienso que eso es una especie de motivación para sentarte y expresarte, dejarnos las palabras para que podamos ver en nuestras cabezas esas imágenes que forman una historia en la tuya.