lunes, noviembre 13, 2006

Un Mundo Sin Sol

La noche despierta mis sentidos, la oscuridad y el frío de las luces de la ciudad sustituyen el calor y el sentimiento del sol. Las farolas y los anuncios, brillantes y llamativos, son más cariñosos, más tiernos, más rápidos. Es curioso, y hasta paradójico, que una raza que vive tanto disfrute viviendo tan rápido. El moderno vampirismo ha desahuciado las galantes, caballerosas y tranquilas costumbres de toda una historia. Aunque mantiene una forma cruel, brutal y sucia.

Llevo ya algunos años viviendo esta noche perpetua, y aun me sorprendo de lo que se me ofrece. Aun me sorprende no haberme dado cuenta de la oferta cuando todavía era humano. Sueños y placeres que ni el ácido produce y mucho menos mezcla me son dados a vivir noche tras noche. Todo está en la sangre, de mujeres, de hombres, de animales, de otros vampiros, de toda una ciudad o del mismísimo universo, todo lo que importa es la sangre, en mí, sobre mí, por mí.

El mundo gira a mi alrededor, y el frío de la noche calienta mi alma sin alma, y preveo una noche de ensueño. Como todas. Sonrío.

Me levanto de mi cama, en lugar seguro, en el sótano de alguna mansión que no conoces, pero, sin embargo, conoces. Yo no soy como esos vampiros de la Warner, ni como los que lees en los cómics. Soy lo que serías tú si fueras sobrehumano, si fueras mejor y más fuerte, y no estuvieras limitado por tu falta de percepción de la sangre. Y si tuvieras algunos años más de experiencia, claro. Perro viejo.

Mis vecinos creen que en esta mansión no vive nadie, que es una de tantas de algún multimillonario especulador. Tampoco se equivocan demasiado, ¿no? Aunque supongo que no les gustaría saber que la casa está ocupada, que, a las noches, de ella sale el demonio, que la llamada de violencia hace de esta casa uno de los castillos en el borde del mundo cada puesta de sol. Sería de mal gusto por mi parte sacarles de su estúpido sueño de santidad.

Cojo el Cobra esta noche, viento en la cara y fuego bajo el capó. No me gusta llamar la atención, pero esta noche quiero correr. Y yo hago siempre lo que quiero. Salgo a la calle aun sonriendo, y acelero. ¡Esconded a vuestras ficticiamente virginales hijas, vecinos, que el demonio corre esta noche frente a vuestras casas! Esta noche la muerte cabalga hacia el Apocalipsis, buscando la garganta de toda la civilización, siendo rémora, pero mejorando, y forzando la mejora. Esta noche temedme, y rechazad así, por temor, la mejor oferta que un mundo sin sol puede ofrecer.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Desearía y temería conocer a ese vampiro.

Felicidades.

Anónimo dijo...

Me gusta mucho.
^^^

Anónimo dijo...

Vaya, estas son las críticas que siempre desearía recibir.

Aunque, dada mi falta de calidad como escritor, tal vez prefiero críticas, para pulir mi estilo.

Pero que conste que me siento halagado X).

El Mago:*

Anónimo dijo...

ya sabes q cuando no nos guste algo te lo diremos (o yo por lo menos) por ejemplo una editorial q yo me sé, q me ha parecido lo más ñoño entre todas las ñoñerías del mundo, xDD

Dante dijo...

Es un pequeño trasfondo vampirico muy majo...

nostamal....