jueves, septiembre 14, 2006

Clásicos de Hoy y Siempre: Los Tres Cerditos

Érase que se era que había tres hermanos cerditos que decidieron independizarse de sus padres e irse de casa. Se reunieron para hablar entre ellos mientras tomaban una cerveza.

El hermano mayor, que era muy trabajador, expuso lo que haría: entraría a trabajar en una fábrica para tener dinero y poder casarse con su novia de toda la vida, y construirse una casa de ladrillos, pues había escuchado historias sobre un lobo y deseaba proteger a su familia.

El hermano mediano, que era un intelectual, estaba haciendo una carrera, y debido a sus bajos ingresos como camarero a tiempo parcial y a su falta de tiempo, había decidido hacerse una simple casa de madera.

El hermano pequeño decidió que para él le valía una simple casa de paja, pues no sabía que quería de la vida.

Y, tal y como es previsible, una vez construidas las casas llegó el lobo a la del hermano pequeño. Como el lobo era un poco simple y cortito, y hombre de pocas palabras además, dijo “sal o soplaré y soplaré y la casa derribaré”. El cerdo pequeño empezó a hablar, inteligente y locuaz como era, diciendo “pero vamos a ver, lobo, ¿no ves las oportunidades subyacentes a una asociación mercantil entre tú y yo? Verás, mis hermanos y mis padres son muy confiados y me han dado juegos de llaves de sus casas, que yo podría proporcionarte a ti. De manera que, a cambio de no comerme a mí, podrías ponerte hasta las cartolas de jamar. Además, así yo podría cobrar la herencia y el seguro, y sería un cerdo rico, lo cual me permitiría pagarte una considerable cantidad de dinero que te serviría para dejar esa vida de corrupción que llevas y vivir como un rey sin necesidad de trabajar”.

El lobo, del cual ya he indicado que muy listo no era, aceptó dicha proposición, de manera que, en muy poco tiempo, toda la familia del cerdo estaba muerta y él era un hombre rico. Se mudó a la casa de ladrillos de su hermano mayor y arrendó las casas de madera y paja, y en casa de sus padres construyó un casino.

Un año después, la policía intentó procesarle por una supuesta red de prostitución y narcotráfico, pero, tras morir dos testigos del fiscal, no se encontraron pruebas concluyentes y fue dejado en libertad.

El lobo fue asesinado a los dos meses de los hechos, tras denunciar que unos matones contratados por el cerdo pequeño le habían amenazado para que abandonara la ciudad. Su cuerpo fue hallado descuartizado en un maizal de las afueras, y jamás se encontró al culpable.

Hoy en día el cerdo pequeño tiene una de las mayores fortunas del país y ha empezado una exitosa carrera política presentándose a alcalde en las elecciones que se celebran este domingo. Con su slogan “Cerdo Pequeño, por el hoy y el mañana” tiene, según las encuestas, veintiún puntos de ventaja sobre su competidor más cercano.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Bueno, chicos, hasta aquí el cuento de hoy, pero, como todo cuento que se precie, tiene moraleja: Por muy buena gente que tenga alrededor, un cerdo siempre es un cerdo, y a la mínima oportunidad que tenga te va a traicionar. Y encima le va a salir bien, porque la gente es estúpida, malvada, o ambas cosas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Me has dejado anonadada, quien podría pensar que el cerdito pequeño era tan HP...
Aunque supongo que no debería sorprenderme, cerditos como ese hay por todas partes, triste pero cierto. De todos modos deberíamos ser un poco más optimistas y buscar a nuestro alrededor a todas esas personas que no son así, estoy segura de que las hay.

mujergata dijo...

Tu optimismo me abruma ¬¬
Por cierto yo soy del signo del cerdo, así que luego se meten tanto conmigo, es por gente como tú ¬¬ ¿Tengo que buscar alguien que te rompa las piernas?
Pero con cariño ^^

Anónimo dijo...

buen relato, muy bueno, muy fiel a la realidad actual.
Tenemos que quedar y pensar en rodarlo, o rodar cabezas, no importa, lo que importa es el toque gore, ya lo decia el amigo Dracula, la sangre es la vida.
nos vemos luego.

La bailarina boxeadora dijo...

Pues vaya cabrón el cerdito. No se yo si esoty muy deacuerdo con Alex... Espero realmente que ese no sea el reflejo de el mundo actual. Por nuestro bien.

Paula Edith dijo...

No quiero ser sádica pero... JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ ¡Tu cuento está genial! Debo tener un humor muy negro jejejejeje, pero me morí de risa.

PUSTE dijo...

me ha encantado a mi tambien, me gusta mucho ese cerdito, jejeje