sábado, marzo 17, 2007

Estúpido Perdedor Victorioso

Hace más bien poco tiempo existió un escritor que era una mierda. Todo lo que escribía era malo como el pecado (pero pecado del malo, malo; del mortal), pero él no se daba cuenta y seguía escribiendo gilipolleces que nadie quería leer. Como se puede deducir con facilidad, era tonto perdido.

Este tío no había publicado, por supuesto (bueno, no tan por supuesto, que hoy en día se publican cosas que te hacen pensar en coger una escopeta y correr detrás del editor), pero soñaba con hacerlo algún día. Sus amigos le animaban, venga, tío, que tu puedes, escribes muy bien, y tal, y cual. Y el escribiendo con el culo.

Un día, por casualidad y como quien no quiere la cosa, mientras defecaba otro texto en el ordenador, le cayó un rayo y le mató. Ese día las musas hicieron una fiesta, porque la muerte del joputa que había abusado de ellas y las había tratado como estúpidas les alegraba sobremanera. Sí, puede que fueran un poco zorrilas, pero las entiendo, ¿tú no?

En este momento el escritorzuelo está en el infierno de los malos escritores, donde los diccionarios no existen y las historias son siempre las mismas, aunque peor contadas cada vez.

Lo más triste es que él piensa que está en el paraíso.

1 comentario:

Unknown dijo...

De necios está el mundo lleno, pero aún hay más autocomplacientes, por desgracia. Es curiosa la idea voluble de "cielo/infierno" en función de la mentalidad individual. Quizá los burócratas demiúrgicos tienen demasiado trabajo como para dar un servicio personalizado... o quizá son simplemente funcionarios. Me consuela saber que al menos los gusanos sí saben qué hacer...